jueves, 16 de septiembre de 2010

PARA CURIOSOS!!!

Santa patrona del béisbol
Recientemente, en EE. UU. Santa Rita ha sido nombrada santa patrona del béisbol. En la película The Rookie (de Walt Disney), el personaje principal quiere jugar en la Ligas Mayores de Béisbol, lo cual se considera una causa perdida, y se relaciona a santa Rita. Esta película ha generado en EE. UU. un movimiento entre católicos amantes del béisbol, que la consideran la patrona de este deporte. Incluso se han impreso medallas con la imagen de la santa de un lado y un bate de béisbol en el otro.
RELIQUIAS 2da CLASE

RELIQUIAS DE 1ra CLASE

RELIQUIAS
                                                                               

SANTA RITA DE CASIA

Patrona de los imposibles
De víctimas de abusos,
personas en soledad,
contra la esterilidad,
enfermedades del cuerpo,
causas desesperadas y perdidas,
matrimonios con dificultades,
infertilidad, viudas, padres
A la izquierda encontramos a Santa María Magdalena ofreciendo el ungüento al Señor, signo visible de que Jesús murió y fue sepultado. Por otra parte, la misma presencia de María magdalena junto al sepulcro nos evoca su encuentro con el Resucitado. A la derecha está Santa Rita. Como es una constante en casi todas sus representaciones, se puede apreciar su llaga en la frente, pero a diferencia de la gran mayoría tiene la espina en la mano derecha y está haciendo el gesto de entregársela al Señor. Esta diferencia significativa de la iconografía ritiana nos habla de la  participación de Rita en la gloria de Cristo, así como antes al llevar la espina en la frente participó mística e íntimamente en su pasión. Es por eso que su rostro está radiante, sereno y gozoso, refejando sabiduría y fuerza.
Sobre la tapa del sarcófago está representado su cuerpo extendido con las manos en cruz en espera de la resurrección. Junto a su cabeza está el epitafio que, entre otras cosas y haciendo referencia a Cristo dice: "…al que toda te entregaste".

Con la espina en la mano y gozo en el corazón


Está representado en el momento mismo de la Pascua, paso de la muerte a la vida. Este Jesús humillado y glorificado es el centro de la espiritualidad de la Santa
La pobreza de documentos escritos no es un problema para quienes pretendemos conocer más a fondo a nuestra Rita. No lo es gracias a la riqueza pictórica que nos permite ahondar en su vida espiritual y tiene para nosotros valor documental. Entre las muchas obras de arte ritiano merece una especial mención las pinturas del segundo sarcófago de la Santa (realizado diez años después de su muerte) Con un estilo propio del 1400 esta obra, nos introduce en el corazón mismo de Rita, permitiéndonos un acercamiento más profundo a su rica espiritualidad agustiniana.
En el centro del sarcófago podemos apreciar la figura de Cristo que está de pie dentro del sepulcro, sobre su cabeza tiene la corona de espinas y son visibles las llagas de sus manos y de su costado.
Está representado en el momento mismo de la Pascua, paso de la muerte a la vida. Este Jesús humillado y glorificado es el centro de la espiritualidad de la Santa.

El feliz tránsito de Santa Rita

                                              
Había pasado el invierno. La primavera apenas entrada esparcía el aroma abundante de las ahora abundantes rosas. En el monasterio una luz se estaba apagando para brillar luego aún con más intensidad en toda la Iglesia. Rita agoniza serena… El buen Jesús y su Madre le conceden en visión la gracia de sus visitas como un anticipo de cielo. Por fin, Rita sonríe y expira. Entonces las campanas de la ciudad de comenzaron a anunciar, con prodigioso sonido, el inicio de numerosos portentos. Al momento se iluminó la habitación y un perfume inefable se esparció por todo el monasterio. Apenas acaecido el tránsito de Rita, peregrinos de todas partes se acercaron para venerar el cuerpo. Muchos enfermos sanaron al instante con solo tocarlo. Rita de Casia entró en la gloria con verdadera fama de santidad el 22 de mayo de 1447. De inmediato el pueblo la llamó "santa" y la invocó como "abogada de los imposibles" y "Santa de la paz y del perdón".
Margarita Lotti (Rita de Casia), fue declarada beata el 22 de julio de 1628 por el papa Urbano VIII y canonizada el 24 de mayo de 1900 por el papa León XIII. Hoy en día la devoción a Santa Rita es universal y sus favores espirituales y materiales son innumerables.

En su último invierno Jesús le regaló una rosa y dos higos



El prodigio de la rosa y de los higos aparece en diversos testimonios fidedignos recogidos en el proceso de beatificación. Transcribimos parte del testimonio de una antigua biografía: "En el más áspero y riguroso invierno, y encontrándose todo cubierto de nieve, una prima de Rita fue a visitarla; al marcharse preguntó a Rita si de su casa necesitaba alguna cosa; Rita le respondió que deseaba una rosa y dos higos del huerto de Rocaporena. La prima sonrió, creyendo que Rita deliraba a causa de la enfermedad y se marchó. Una vez llegada a la casa donde Rita vivió con su esposo y sus dos hijos, entró en el huerto y vio entre la nieve un rosal que cargaba una hermosa rosa y en la higuera, halló dos higos maduros. Perpleja por el cruel invierno, viendo los frutos milagrosos, se los llevó a Rita".
La rosa y los higos aparecen en la vida de Santa Rita como un signo amoroso de Dios para aquella mujer que había sabido sobrellevar dolores y contradicciones, ofreciendo generosamente su vida al Amor. Ahora florecía en ella la vida nueva de Jesús resucitado, a quien había amado sin medida. Se iba cargada de frutos maduros como higuera bendecida y fecunda. Se iba como rosa que despide el buen aroma de Cristo

La espina del amor



Este epitafio nos señala el momento cumbre del éxtasis mayor de Rita, la estigmatización en la frente mediante el don de la espina. Estudios médico realizados el día 4 de abril de 1997, hallaron en la zona frontal del cuerpo de Santa Rita una fisura profunda. Pero más que las pruebas interesa destacar el significado propio del signo, para darnos cuenta que el estigma de Rita expresa exteriormente su íntima unión con Jesucristo. Es, como algunos ya han dicho, el desposorio místico de la Santa, su matrimonio espiritual que  ha tocado la experiencia misma del éxtasis, o dicho más poéticamente: "Es el beso de Jesús en la frente de Rita".

Desde la Iglesia amó a la Iglesia
El período monacal de Rita, más aún toda su vida, se desarrolló en un momento muy crítico de la historia de la Iglesia Católica. Período de grandes divisiones, escándalos, decadencia del papado, etc. En ese momento en el cual mucho optaron por separarse de la Iglesia, Rita prefirió manifestar públicamente su total adhesión.
Generalmente, cuando la Iglesia pasa por estas experiencias dolorosas que hacen tambalear la fe de los más débiles, una postura cómoda y poco comprometida puede ser esta: "entonces yo también me voy".Pero la fe de esta mujer fuerte era firme y madura. Rita amaba la Iglesia real y no "ideal". La amaba, no porque ingenuamente la creyera perfecta, sino porque estaba convencida de la necesidad de conversión en cada uno de sus miembros. Fue en ese contexto que surgió el peregrinaje a Roma que realizó junto con sus hermanas del monasterio. De esta manera, y habiendo vivido su fe comunitariamente y en plena comunión con la Iglesia, Rita nos da ejemplo de amor y de unidad, porque supo decir con su vida
"aquí estoy".
 
Desde la Iglesia amó a la Iglesia
El período monacal de Rita, más aún toda su vida, se desarrolló en un momento muy crítico de la historia de la Iglesia Católica. Período de grandes divisiones, escándalos, decadencia del papado, etc. En ese momento en el cual mucho optaron por separarse de la Iglesia, Rita prefirió manifestar públicamente su total adhesión.
Generalmente, cuando la Iglesia pasa por estas experiencias dolorosas que hacen tambalear la fe de los más débiles, una postura cómoda y poco comprometida puede ser esta: "entonces yo también me voy".Pero la fe de esta mujer fuerte era firme y madura. Rita amaba la Iglesia real y no "ideal". La amaba, no porque ingenuamente la creyera perfecta, sino porque estaba convencida de la necesidad de conversión en cada uno de sus miembros. Fue en ese contexto que surgió el peregrinaje a Roma que realizó junto con sus hermanas del monasterio. De esta manera, y habiendo vivido su fe comunitariamente y en plena comunión con la Iglesia, Rita nos da ejemplo de amor y de unidad, porque supo decir con su vida
"aquí estoy".
Desde la Iglesia amó a la Iglesia
El período monacal de Rita, más aún toda su vida, se desarrolló en un momento muy crítico de la historia de la Iglesia Católica. Período de grandes divisiones, escándalos, decadencia del papado, etc. En ese momento en el cual mucho optaron por separarse de la Iglesia, Rita prefirió manifestar públicamente su total adhesión.
Generalmente, cuando la Iglesia pasa por estas experiencias dolorosas que hacen tambalear la fe de los más débiles, una postura cómoda y poco comprometida puede ser esta: "entonces yo también me voy".Pero la fe de esta mujer fuerte era firme y madura. Rita amaba la Iglesia real y no "ideal". La amaba, no porque ingenuamente la creyera perfecta, sino porque estaba convencida de la necesidad de conversión en cada uno de sus miembros. Fue en ese contexto que surgió el peregrinaje a Roma que realizó junto con sus hermanas del monasterio. De esta manera, y habiendo vivido su fe comunitariamente y en plena comunión con la Iglesia, Rita nos da ejemplo de amor y de unidad, porque
aqui estoy''

La espina del amor

Durante la cuaresma del 1425 un predicador franciscano, Giacomo della Marca, acudió a la Colegiata de Santa María de Casia, por haber sido invitado a predicar sobre la pasión del Señor. Debido a su buena fama de orador fueron muchos los que acudieron a escucharlo. Entre los oyentes estaba Rita, quien supo aprovechar  bien aquella prédica que guardó en su corazón y meditó siempre. Ella, que tanto contemplaba el crucifijo, se sintió profundamente  tocada por la predicación del franciscano.
Años después, cuando llegó el viernes santo de 1432, hallándose Rita de rodillas ante la imagen del crucifijo, exclamó: "Señor, dame una espina, una de aquellas que traspasaron tu sagrada cabeza". La súplica fue tan sincera que el Señor le concedió a Rita una íntima participación en su pasión.
El epitafio que podemos leer en el segundo sarcófago de la Santa, realizado diez años después de su muerte, reza así:

"Oh bienaventurada por virtud y fortaleza,
en éxtasis arrebatada por la Cruz,
donde sufriste dolores agudos,
tú dejaste las tristezas de este mundo,
para  satisfacer tus ansias de vida y de luz.
Participando de esa pasión tan atroz,
¿qué mérito tan grande atribuirte?
Tú fuiste preferida a toda otra mujer
para recibir una espina de Jesús.
Tú no esperabas algún premio terreno,
pues no querías otro tesoro fuera de Cristo,
al que toda te entregaste.
Quince años la espina padeciste,
y no te pareció todavía estar preparada
para entrar en la vida gozosa"

Una vid prodigiosa


                                                          
La tradición dice que siendo Rita novicia, la superiora le pidió que regara, por obediencia, un sarmiento seco que se encontraba en el jardín y que cuidara de él.
Ella lo hizo humildemente cada día. Al cabo de un tiempo el sarmiento seco retoñó transformándose en una lozana vid. De ahí que sea bastante común en algunos santuarios dedicados a Santa Rita, particularmente en el de Casia, hallar una vid junto a un pozo, símbolo de la obediencia de la Santa y de su fecundidad espiritual
.

La paz que nace del perdón

 
Rita había visto muchas veces a sus padres embarcados en la difícil, tarea de sembrar la paz, Ahora le tocaba a ella misma realizar lo que había visto y aprendido de Antonio y Amada. Con la paciencia y la perseverancia de siempre asumió su nuevo desafío, dispuesta a encontrarse con las familias enemistadas para invitarlas al perdón y a la reconciliación. Finalmente, después de muchos esfuerzos y oraciones, logró reunirlas en un abrazo de paz. Los pueblos de Rocaporena y de Casia recordaron siempre aquel abrazo que puso fin a tanto rencor, odio y violencia.
Aquel acontecimiento fue el origen del título con el que más tarde también se invocó a Rita al llamarla "Santa de la paz y del perdón". Ahora ella tenía el camino libre para entrar en el monasterio.

Un escollo, una esperanza.


                                                             
Rodeado por el caserío y las montañas, casi al centro del valle, nos encontramos con "el Escollo", una elevación rocosa llena de abundante vegetación. Desde lo más alto del escollo se aprecia la belleza del paisaje y se experimenta una seductora invitación a la alabanza del Creador.
En la actualidad los habitantes de Rocaporena se refieren a este lugar con distintos nombres, entre los más usados están: "Escollo de la oración", "Escollo de Santa Rita", "Escollo de la Esperanza". Conviene destacar que todas las maneras de llamarlo hacen referencia directa o indirectamente a la misma persona. Es tradición entre los rocanos decir que Rita subía al escollo para retirarse en oración, alimentando así la esperanza de ingresar en el monasterio de las agustinas de Casia.
Llevaba Rita una vida tan rica en oración y en servicio al prójimo que no tardó en descubrir que en su interior estaba aún latente aquel viejo llamado a la vida religiosa y, dejándose guiar por el Amor, encaminó sus pasos hacia su deseada Casia.
Al llegar al monasterio pidió ser admitida en él, pero se encontró que en aquella comunidad había una parienta de su esposo, una tal Catalina Mancini. No olvidemos que los Mancini sentían un gran desprecio hacia Rita, debido a que ella se opuso a la venganza concediendo el perdón a los asesinos de su marido. Por eso no debemos extrañarnos cuando la abadesa, temiendo poner en peligro la buena convivencia entre las hermanas, le negó a Rita su ingreso al monasterio.
Con esa respuesta no esperada regresó la Santa a las tareas de siempre. Pero sin resignarse ante la negativa acudió al Señor pidiéndole ayuda. Aunque no rezó sola, sino que se dejó acompañar por la intercesión de sus santos más queridos: San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino. Fortalecida con la gracia de Cristo y la oración de tan grandes compañeros, emprendió su camino a Casia una y otra vez.
Un día, después de varios intentos, viendo la abadesa la perseverancia de nuestra Santa, le manifestó que la pacificación de las familias podía ser, sin lugar a dudas, la llave que le abriría las puertas del monasterio. Si bien esta propuesta parecía imposible de concretar dado el endurecimiento de aquellos corazones, sin embargo brilló para Rita una esperanza

Patrona de los pobres y de los enfermos



Entre los más variados títulos con los cuales se venera a la Santa de Casia, está este de "Patrona de los pobres y de los enfermos".
Una vez viuda y sin hijos, Rita no se encerró en su casa para auto-compadecerse, sino que se enfrentó el sufrimiento sin evasiones ni estancamientos. En la aceptación y ofrenda de su dolor encontró la vía del amor y de la sanación interior, recuperando la alegría de servir a Jesús en el prójimo.
Rita viuda descubrió que esta nueva etapa de su vida le ofrecía un modo diverso de realización y de felicidad. Siguiendo el ejemplo de San Nicolás de Tolentino, Rita oraba por sus difuntos con inmensa ternura, pero sin el dolor de quien piensa que los ha perdido para siempre; sino con la esperanza de reencontrarlos " en Aquel en quien nada se pierde" (San Agustín).
La Santa de Rocaporena, cual mujer fuerte "guardó memoria a sus muertos y gastó en los vivos su tiempo" (Himno de Santas Mujeres).

 

 

Prefirió perderlos en la paz de Dios a retenerlos en el dolor de la venganza



El asesinato de su marido trajo como consecuencia que sus hijos, ya adolescentes, se sintieran proclives a la venganza. La familia de Pablo influía negativamente en los corazones de aquellos jóvenes. Rita, por su parte, había escondido la camisa ensangrentada de su esposo para evitar que sus hijos se sintieran motivados a la venganza. Señalándoles el crucifijo los invitaba a perdonar como Jesús.
Preocupada por la insistencia de ellos en vengar la muerte de su padre, rezó diciendo al Señor que prefería que se los llevase antes que se convirtieran en homicidas.
Esta oración que se encuentra en el proceso de canonización expresa lo máximo de su heroísmo, porque aún siendo una madre tan afectuosa, el temor de la ofensa a Dios y el peligro de perderlos para siempre pudo más que todo otro humano sentimiento

Acudía al "Lazareto" para visitar a los enfermos que allí encontraban refugio y atención. Socorría a los pobres con quienes compartía sus bienes y consolaba a los tristes invitándolos a la esperanza. Aún hoy, en el Santuario de Rocaporena, se puede ver a modo de reliquia, un manto que le pertenecía y al cual renunció para dárselo a un necesitado.

La mujer fuerte puso en Dios su esperanza...

                                                            
Primeramente llegó la muerte de sus ancianos padres, la cual, no por esperada, fue menos dolorosa. Cuando su corazón estaba preparado para otras pérdidas le trajeron la amarga noticia de que su esposo había sido asesinado, se sospecha  que a causa de viejas rencillas.
El pueblo de Rocaporena había quedado consternado por tan alevosos crimen y se movilizó para acompañar en su pesar a la viuda de Mancini.
En presencia de todos los asistentes, Rita perdonó públicamente a los asesinos de su marido. Ella no sabía de rencores ni de odios. No había lugar en su corazón para sentimientos ruines de venganza. Después de darle sepultura Rita retornó con sus dos hijos a casa; seguramente lloró, pero abrazándose a la vida y a la esperanza. Dios sostenía a Rita y ella confiaba en Dios

miércoles, 15 de septiembre de 2010

MÁS ALLA DE LAS PALABRAS/UN MATRIMONIO DIFISIL

Muchas personas casadas deberían tomar como ejemplo la vida de Santa Rita de Casia. En la actualidad es muy fácil “justificar” una separación o un divorcio cuando las cosas no marchan bien, pero esta santa que nació en el mes de mayo del año 1381, supo tolerar las adversidades que se le presentaron al darse cuenta que su marido llamado Paolo, era un verdadero monstruo de maldad. En el corazón de esta santa reinaba Jesucristo y con su ayuda supo transformar el carácter y la manera de ser de su marido, que le resultó bebedor, mujeriego, abusador, vengativo y ciento por ciento agresivo. En la vida de Santa Rita descubrimos la voluntad de Dios de conservar a toda costa el matrimonio religioso a pesar de la mala suerte que le tocó.
Rita soportó cada día el genio feroz de este hombre, y todo con la más exquisita paciencia, sin quejarse, sin recurrir a las autoridades civiles para pedir sanciones, y ofreciendo todo este lento martirio por la conversión de los pecadores y entre ellos, el primero, su esposo. Su vida se desarrolló en tiempos de guerras, terremotos, conquistas y rebeliones. Países invadían a países, ciudades atacaban a ciudades cercanas, vecinos se peleaban con los vecinos, hermanos contra hermanos y por todas partes reinaba el odio, la desconfianza y la venganza. Con su vida de oración y sufrimiento, encontró fortaleza en Jesucristo. Los padres de Rita se llamaban: Antonio Manzini y Amata Ferri, a los que se conocía como los “Pacificadores de Jesucristo”, pues los llamaban para apaciguar peleas entre vecinos. Ellos no necesitaban discursos poderosos ni discusiones diplomáticas, sólo necesitaban el Santo Nombre de Jesús, su perdón hacia los que lo crucificaron y la paz que trajo al corazón del hombre. Sabían que sólo así se pueden tranquilizar las almas.
El matrimonio tuvo dos gemelos varones, los cuales sacaron el temperamento del padre. Rita se preocupó y oró por ellos, tomando en cuenta que su vida estaba en continuo riesgo porque eran muchos los enemigos de su esposo que deseaban vengarse de él.
Después de veinte años de matrimonio y oración por parte de Rita, el esposo se convirtió, le pidió perdón por todo lo que la había hecho sufrir y le prometió cambiar su forma de ser. Rita perdona y él deja su antigua vida de pecado trabajando en el campo y ganándose la vida sanamente. Esto no duró mucho, porque mientras su esposo se había reformado, no sucedió lo mismo con sus antiguos enemigos. Una noche Paolo no llegó a la casa. Antes de su conversión esto no hubiera sido extraño, pero en el Paolo reformado esto no era normal. Rita sabía que algo había ocurrido. Al día siguiente lo encontraron asesinado, víctima de una venganza. Afortunadamente había pedido perdón a Dios en los días anteriores por su indebida conducta y sus malos modos de proceder.
Su pena fue aumentada cuando se dio cuenta que sus dos hijos adolescentes, que eran también muy violentos, juraron vengar la muerte de su padre. La santa suplicó fervorosamente a Dios que no permitiera que sus hijos se convirtieran en asesinos. Rogó al Señor que salvara sus almas y que si era necesario tomara sus vidas antes de que se perdieran para la eternidad por cometer un pecado mortal. El Señor respondió a sus oraciones. Los dos padecieron repentinamente una enfermedad fatal. Durante el tiempo que duró su enfermedad, la madre les habló dulcemente del amor y el perdón. Antes de morir lograron perdonar sinceramente a los asesinos de su padre.
Al quedar sola no se deja vencer por la tristeza y el sufrimiento. Santa Rita quiso entrar con las hermanas Agustinas, pero no era fácil lograrlo. No querían una mujer que había estado casada y que en esos momentos era viuda, las religiosas preferían aceptar a muchachas solteras. Ella se volvió de nuevo a Jesús en oración. Ocurrió entonces un milagro. Una noche, mientras Rita dormía profundamente, oyó que la llamaban ¡Rita, Rita, Rita! Esto ocurrió tres veces. A la tercera vez, Rita abrió la puerta y allí estaban San Agustín, San Nicolás de Tolentino y San Juan el Bautista del cual ella había sido devota desde muy niña. Después de correr por las calles de Roccaporena, en el pico de Scoglio, donde Rita siempre iba a orar, sintió que la subían en el aire y la empujaban suavemente hacia Cascia. Cuando salió del éxtasis se encontró dentro del Monasterio, al mismo tiempo que las campanas de la capilla tocaban solas sin que nadie jalara de la cuerda. Ante aquel milagro, las monjas Agustinas no pudieron ya negarle la entrada. Se dieron cuenta que el Señor Jesús la quería dentro del convento. De inmediato es admitida y hace la profesión ese mismo año de 1417... y allí pasa 40 años de consagración a Dios.

las abejas

                                     
Narra la leyenda que, inmediatamente después de ser bautizada, abejas blancas entraban y salían de la boca de Rita sin hacerle daño. No se duda de que este episodio de las abejas pertenece a la primera tradición ritiana, pero no hay necesidad de recurrir al hecho como un fenómeno sobrenatural. De todas maneras no podemos olvidar el gran interés que manifestó el papa Urbano VIII quien además de llevarlas en su escudo pontifical, se preocupó en persona de estudiar el comportamiento de esta especie de abejas que, al parecer, son únicas en el mundo. Aún hoy, en el antiguo monasterio donde Rita vivió y murió como monja agustina, podemos encontrar a las abejas "murarias", llamadas así porque habitan en los muros. Aunque la devoción popular ha preferido llamarlas "abejas de Santa Rita" por haberlas relacionado con aquellas misteriosas abejas que rodearon su cuna pocos días después de su bautismo. Pero en Casia las "abejas de santa Rita" no sólo viven en los muros del monasterio, sino que también junto a éste. Así lo ha querido la Beata Teresa de Casia (Madre Teresa Fasce) que en 1938 fundó la "colmena de Santa Rita", una obra donde niños cadenciados reciben ayuda para crecer fuertes, y emprender luego el vuelo de la vida.
Según una tradición, desde que era bebé, mientras dormía en una cesta, abejas blancas se agrupaban sobre su boca, depositando en ella la dulce miel sin hacerle daño y sin que la niña llorara para alertar a sus padres. Uno de los campesinos, viendo lo que ocurría trató de dispersar las abejas con su brazo herido. Su brazo se sano inmediatamente.
Después de 200 años de la muerte de Santa Rita, algo extraño ocurrió en el monasterio de Cascia. Las abejas blancas surgían de las paredes del monasterio durante Semana Santa de cada año y permanecían hasta la fiesta de Santa Rita, el 22 de Mayo, cuando retornaban a la inactividad hasta la Semana Santa del próximo año. El Papa Urbano VIII, sabiendo lo de las misteriosas abejas pidió que una de ellas le fuera llevada a Roma. Después de un cuidadoso examen, le ató un hilo de seda y la dejó libre. Esta se descubrió mas tarde en su nido en el monasterio de Cascia, a 138 kilómetros de distancia. Los huecos en la pared, donde las abejas tradicionalmente permanecen hasta el siguiente año, pueden ser vistos claramente por los peregrinos que llegan hoy al Monasterio.

lunes, 13 de septiembre de 2010

PRINCIPIOS DE SANTA RITA

                                                   PRINCIPIOS DE SANTA RITA
Rita o Margarita, mística agustina, vivió entre los siglos XIII y XIV. No conocemos ninguna biografía suya hasta 150 años después de su muerte en que aparecen con cierta profusión. Esto explica el que encontremos datos incongruentes y deformados por la tradición popular. Es difícil discernir en los biógrafos aquello que se presenta como historia y aquello que es fruto de la pía conjetura. Coinciden todos en señalar como lugar de su nacimiento la pequeña aldea de Rocca-Porena y en un momento en que el destino político de la República Casia, así como de toda Italia, está en franca crisis. Se atribuye a su nacimiento un carácter milagroso. Sus padres eran estériles y de avanzada edad.





La tradición cuenta que la madre -de edad avanzada- tuvo la visión de un ángel que le manifestó que tendría el gozo de quedarse en cinta y dar a luz una niña a la debería de poner el nombre de Margarita ( del griego "Margarites" ó perla, en relacción a la belleza y a la luminosidad). Ante el asombro de todos los vecinos, la pareja tuvo la niña, que fue bautizada en la iglesia de Santa María della Plebe de Cascia, al no haber pila bautismal en Rocca-Porena.



Nacida de devotos padres, Antonio Mancini y Amata Ferri a los que se conocía como los "Pacificadores de Jesucristo", pues los llamaban para apaciguar peleas entre vecinos. Ellos no necesitaban discursos poderosos ni discusiones diplomáticas, solo necesitaban el Santo Nombre de Jesús, su perdón hacia los que lo crucificaron y la paz que trajo al corazón del hombre. Sabían que solo así se pueden apaciguar las almas.



Nació en Mayo del año 1381, un año después de la muerte de Santa Catalina de Siena. La casa natal de Sta. Rita - Roccaporena- está cerca del pueblito de Cascia, entre las montañas, a unas 40 millas de Asís, en la Umbría, región del centro de Italia que quizás más santos ha dado a la Iglesia (S. Benito, Sta. Escolástica, S. Francisco, Sta. Clara, Sta. Angela, S. Gabriel, Sta. Clara de Montefalco, S. Valentín y muchísimos más).




La santa de lo imposible. Fue una hija obediente, esposa fiel, esposa maltratada, madre, viuda, religiosa, estigmatizada y santa incorrupta. Santa Rita lo experimentó todo pero llegó a la santidad porque en su corazón reinaba Jesucristo.





Su vida comenzó en tiempo de guerras, terremotos, conquistas y rebeliones. Países invadían a países, ciudades atacaban a ciudades cercanas, vecinos se peleaban con los vecinos, hermano contra hermano. Los problemas del mundo parecían mas grandes que lo que la política y los gobiernos pudieran resolver.