jueves, 16 de septiembre de 2010

Prefirió perderlos en la paz de Dios a retenerlos en el dolor de la venganza



El asesinato de su marido trajo como consecuencia que sus hijos, ya adolescentes, se sintieran proclives a la venganza. La familia de Pablo influía negativamente en los corazones de aquellos jóvenes. Rita, por su parte, había escondido la camisa ensangrentada de su esposo para evitar que sus hijos se sintieran motivados a la venganza. Señalándoles el crucifijo los invitaba a perdonar como Jesús.
Preocupada por la insistencia de ellos en vengar la muerte de su padre, rezó diciendo al Señor que prefería que se los llevase antes que se convirtieran en homicidas.
Esta oración que se encuentra en el proceso de canonización expresa lo máximo de su heroísmo, porque aún siendo una madre tan afectuosa, el temor de la ofensa a Dios y el peligro de perderlos para siempre pudo más que todo otro humano sentimiento

Acudía al "Lazareto" para visitar a los enfermos que allí encontraban refugio y atención. Socorría a los pobres con quienes compartía sus bienes y consolaba a los tristes invitándolos a la esperanza. Aún hoy, en el Santuario de Rocaporena, se puede ver a modo de reliquia, un manto que le pertenecía y al cual renunció para dárselo a un necesitado.

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